domingo, 19 de marzo de 2017

Hablar inglés

En los últimos años, hasta el último españolito de a pie está obsesionado con el estudio del inglés. Cursos del INAEM, escuela de idiomas, repaso para los críos, búsqueda de los "supuestos" colegios bilingües (que ni no lo son ni lo parecen...)...

El idioma del nuevo Imperio del Consumismo, el nuevo latín que arrastra y romaniza liberalismo, consumo y moralidad capitalista.

Quizás pocos se pregunten por esta manía del inglés. Manía que, cogida al vuelo por la baja estofa política, hace que parezca la panacea de la nueva educación, de lo políticamente correcto. Ahora, por lo visto, importa más, con la tontería moderna que se nos ha echado encima, que la gente sepa chapurrear el inglés a que aprenda algo.

Releyendo antiguas lecturas, no hago sino reafirmarme en mi idea de que el idioma del Imperio no sirve para comunicarse (que también, como todas las lenguas). El idioma del Imperio sirve para consumir. Y como todos los Imperios tienen unos objetivos fundamentales. Y centrados en el objetivo, a medida que el "supuesto" ciudadano libre incide más en que sus hijos lo hablen, la pérdida de las culturas, de los mundos populares y de las lenguas, se acelera.

Porque el Imperio del Consumo sólo quiere un tipo de persona, un tipo de país, un tipo de política... que sea la misma en todos los lados. Quieren una lengua para todo y para todos.

Y mientras tanto, el falso "pragmatismo" cala en las clases populares, que colaboran activamente en desactivar (valga la redundancia) su cultura y las culturas que nos precedieron.

Y cuando todos seamos iguales, hablemos lo mismo, y consumamos lo mismo, viviremos en un planeta más lleno de incultos, de esclavos ... y de gilipollas.

.

No hay comentarios:

Publicar un comentario